jueves, 2 de septiembre de 2010

TODO EL UNIVERSO ESTÁ EN UN VASO DE VINO

Un poeta dijo en cierta ocasión: «Todo el universo está en un vaso de vino». Probablemente nunca sabremos en qué sentido lo decía, pues los poetas no escriben para ser entendidos. Pero es cierto que si miramos un vaso de vino suficientemente cerca, vemos el universo entero. Están los objetos de la física: el líquido que se mueve y que se evapora dependiendo del viento y del clima, los reflejos en el vaso, y nuestra imaginación añade los átomos. El vaso es una destilación de las rocas de la Tierra, y en su composición vemos los secretos de la edad del universo y la evolución de las estrellas. ¿Qué extraña ordenación de elementos químicos hay en el vino? ¿Cómo llegaron a formarse? Existen los fermentos, las enzimas, los substratos y los productos. Allí en el vino se encuentra la gran generalización: toda la vida es fermentación. Nadie puede descubrir la química del vino sin descubrir, como hizo Louis Pasteur, la causa de muchas enfermedades. ¡Qué vivo es el color, que impone su existencia en la consciencia de quien lo observa! Aunque, por conveniencia, nuestras pequeñas mentes dividan este vaso de vino, este universo, en partes física, biología, geología, astronomía, psicología y demás-, es bueno recordar que ¡la naturaleza no lo sabe! Así que volvamos a situarlo todo en su sitio, sin olvidar en última instancia para qué sirve. Permitámonos un placer final: ¡bebámoslo y olvidémoslo todo!



Richard Feynman. Seis piezas fáciles